Interés general

VALORES GUÍA DE RESIDUOS DE PLAGUICIDAS EN AGUA POTABLE

En los medios de comunicación suele informarse la presencia de residuos de plaguicidas en frutas, verduras y granos, menos frecuentemente en agua potable, y excepcionalmente en suelo residencial.
Mientras para cada combinación alimento/plaguicida los valores de los Límites Máximos de Residuos-LMR (mg del plaguicida/kg del producto) a nivel mundial, se ubican generalmente en un estrecho rango, no ocurre lo mismo cuando se consideran los residuos en agua potable y suelo.
A menudo, cuando se realizan trabajos de monitoreo sobre la contaminación del agua por plaguicidas en ríos y napas, más allá de contrastar con estudios similares, solo suelen considerarse como referencia los valores guía establecidos en la jurisdicción del estudio (Argentina por ejemplo), pero no lo establecido en otras.
¿Acaso un determinado plaguicida no es igualmente tóxico cualquiera sea la jurisdicción?.
En este análisis presentaremos una visión general sobre los valores regulatorios de plaguicidas en agua potable en todo el mundo.

¿LMR?

Cuando algún organismo oficial (SENASA, provincia, municipalidad) realiza controles para monitorear la presencia de plaguicidas en frutas y verduras, suele comprobarse que se han superado los Límites Máximos de Residuos-LMR (mg del plaguicida/kg del producto).
Generalmente los medios de comunicación informan de estos resultados, analizando a menudo el tema desde una perspectiva emocional más que racional. Para ello suelen convocar a “expertos” con algún conocimiento académico, mejor fantasía y excelente verba, aunque frecuentemente con poca evidencia científica. Entiendo a los medios de comunicación, algunos científicos son muy aburridos, y además -como señalaba Mario Bunge-, la ciencia es falible, mientras que algunos “expertos” expresan en pocas palabras, casi la verdad revelada.
Hace poco más de un año este tema fue tratado en “Infobae” (03/05/2017) y en el programa “El Diario de Mariana” (Canal 13, 05/05/2017).

UNA RELACIÓN CONTROVERTIDA

A más de 130 años del primer éxito del caldo bordelés para “curar” el mildiú de la vid, en Europa se ha prorrogado una vez más el reemplazo de los fungicidas cúpricos en agricultura orgánica (AO). Son los más usados en papa, vid, manzanas y tomates, pero también son tan tóxicos a los trabajadores rurales e incluso de mayor impacto ambiental que los de síntesis.
Los principios de la AO han entrado en un bucle que lleva más de 25 años. Y van por más.